COMO SE FORMARON LAS RELIGIONES
TRINITARIAS
El primer Concilio ecuménico se celebró en el año 325 en Nicea (actualmente Iznik), ciudad de Asia Menor, en el territorio de la actual Turquía, y de la que recibe el nombre por el que es conocido, Concilio de Nicea I. Fue convocado por el emperador Constantino I el Grande, por consejo del obispo San Osio de Córdoba.
Convocatoria
El Primer Concilio de Nicea fue convocado por el emperador romano Constantino I, quien acababa de imponer su dominio sobre la totalidad del Imperio Romano después de vencer a Licinio. Previamente, Constantino ya había dado muestras de sus simpatías por el Cristianismo al dictar el Edicto de Milán del año 313, que daba a los cristianos libertad para reunirse y practicar su culto sin miedo a sufrir persecuciones. No obstante, el emperador era consciente de las numerosas divisiones que existían en el seno del Cristianismo, por lo que, siguiendo la recomendación de un sínodo dirigido por Osio de Córdoba en ese mismo año, decidió convocar un concilio ecuménico de obispos en la ciudad de Nicea, donde se encontraba el palacio imperial de verano. El propósito de este concilio debía ser establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana.1
En aquellos momentos, la cuestión principal que dividía a los cristianos era la denominada controversia arriana, es decir, el debate sobre la naturaleza divina de Jesús. Un sector de los cristianos, liderado por el obispo de Alejandría, Alejandro, y su discípulo y sucesor Atanasio, defendía que Jesús tenía una doble naturaleza, humana y divina, y que por tanto Cristo era verdadero Dios y verdadero Hombre; en cambio, otro sector liderado por el presbítero Arrio y por el obispo Eusebio de Nicomedia, afirmaba que Cristo había sido la primera creación de Dios antes del inicio de los tiempos, pero que, habiendo sido creado, no era Dios mismo.
¿PREDICÓ JESÚS LA DOCTRINA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD? ¿PREDICÓ JESÚS LA DOCTRINA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD? Febrero 15, 2010 – 5:47 pm Por Ingº Mario A Olcese (Apologista) Realmente es sorprendente ver cómo los mal llamados cristianos ortodoxos defienden una doctrina a la cual consideran central y básica para la salvación de los hombres sin que ésta esté claramente revelada en las Escrituras. Me estoy refiriendo a la doctrina de la Santísima Trinidad, un dogma que nació dentro del seno de la iglesia apóstata más grande de todas, la madre de las rameritas, las cuales igualmente siguen y propagan este mismo error de su progenitora. Si la Trinidad es una doctrina central y básica para la salvación, ¿por qué demoró tanto para ser definida y establecida por la iglesia oficial, y sólo después de prolongados y arduos debates que generaron contiendas, persecuciones y hasta la muerte misma de un número importante de sus detractores? ¿Pero puede alguien creer que Jesús haya deseado que los hombres crean en la Trinidad para que sean salvos, siendo ésta un misterio insondable e inefable?¿Pudo una doctrina tan básica y central para la salvación haber generado tantas divisiones, disquisiciones, y odios entre los que buscan a Dios?¿Complicaría Jesús su doctrina básica de salvación a tal punto que aún hoy la Deidad de Jesús sigue estando en el debate en los diversos círculos cristianos? Si Jesús tenía la “fórmula” para nuestra salvación, ¿podría ésta haber sido tan complicada y confusa como lo es la Trinidad? Hoy, los mismos Trinitarios tienen sus propias ideas de lo que sería la Trinidad Cristiana, y muchas de ellas difieren entre sí. Pero Pablo dijo que Dios, el Dios verdadero, “no es un Dios de confusión, sino de paz (1 Corintios 14:33)”, y esto es lo que precisamente no veo en la doctrina de la Trinidad, la cual ha traído confusión y poca paz entre los cristianos. Jesús y Su Dios Jesús vino a dar a conocer al Dios verdadero, y esa tarea se dio a través de sus enseñanzas y obras. El mostró al Dios único y verdadero a través de sí mismo. No que él fuese el Padre, sino que el Padre moraba en él le impelía hacer y enseñar Su santa voluntad a los hombres. El llamó a Su Padre el único Dios verdadero (Jn. 17:3), y si eso lo dijo él, ¿por qué nosotros tendríamos que dudarlo? Pero no faltan aquellos que quieren ir más allá de lo que está escrito y quieren darle un significado más “profundo” a lo dicho por Jesús aquí en Juan 17:3. Nos dicen que Cristo era Dios mismoveces (ver Apocalipsis 3:12),demora nos responden que él hablaba nuevamente como un hombre, y en tal condición humana, el Padre es siempre mayor que él y que cualquier hombre. Sin embargo, cuando usamos un poquito más nuestro cerebrito, nos viene inmediatamente la pregunta: ¿Acaso no se supone que todo hombre es inferior a Dios?¿Qué de nuevo nos estaría diciendo Jesús/hombre con esas declaraciones? Imagínense usted que yo me presentara en la palestra de una campaña evangelística y dijera: “El Padre es mayor que yo”. ¿Qué me dirían mis interlocutores? Pues simplemente dirían: ¡Pues claro, Apologista… si eres un hombre no puedes ser igual o más que Dios!… ¡Estás hablando boberías! Igual sucede cuando los Trinitarios argumentan que en Juan 14:28 “Jesús hablaba como hombre”. Es simplemente ridículo, pues es obvio que todo hombres es menos que Dios! Sinceramente mi cerebro no lo puede aceptar o entender. Y lo que no entiendo no estoy obligado a creerlo como verdad. Jesús y el único Dios verdadero Pero seamos sinceros de una vez por todas. Jesús jamás habló de que era necesario conocer al Dios Trino para ser salvos. Concordamos, eso sí, que Jesús dijo que la vida eterna se produce cuando uno conoce al único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien el Padre Dios envió (Juan 17:3), pero de allí a afirmar que es necesario creer y conocer a un Dios Trino para ser salvo, eso sí es radicalmente diferente y peligroso. Cuando Jesús habló de conocer al único Dios verdadero, él no se incluyó dentro de esa locución “el único Dios verdadero”, y menos, al Espíritu Santo. Jesús hizo un claro deslinde entre el único Dios verdadero que envía, y el enviado, que es él, el Hijo. Si esta simple y clara verdad no es entendida por los Trinitarios, entonces nuestro Señor fracasó en dejar establecida una enseñanza fundamental del verdadero cristianismo monoteísta. Además, ¿Podría haber sido Jesús tan mal maestro en una enseñanza tan fundamental que significaría la vida eterna para los potenciales creyentes? Ahora bien, ¿acaso es igual creer en el único Dios verdadero, que según Jesús mismo es sólo Su Padre, y creer en un único Dios verdadero que es 3 Personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo? He aquí el problema y el peligro de apartarse de las claras palabras de Jesús. Si la creencia en un Dios Trino es fundamental para la salvación, entonces ese fundamento debió quedar plasmado claramente en Juan 17:3, pero no es así. Juan 17:3 es un pasaje simple y sencillo que desmorona la doctrina católica de la trinidad. El pensamiento Paulino de la Deidad Pero Jesús no fue el único que habló con claridad sobre quién es el verdadero y único Dios. También el apóstol Pablo habló claro y sin rodeos de aquel que él creía es el único Dios verdadero. En 1 Corintios 8:4-6 Pablo no dejó ninguna duda de quién era para él el único y verdadero Dios. Estas son sus palabras: “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Aquí Pablo admite que sólo hay un Dios, y ese es el Padre.
TRINITARIAS
El primer Concilio ecuménico se celebró en el año 325 en Nicea (actualmente Iznik), ciudad de Asia Menor, en el territorio de la actual Turquía, y de la que recibe el nombre por el que es conocido, Concilio de Nicea I. Fue convocado por el emperador Constantino I el Grande, por consejo del obispo San Osio de Córdoba.
Convocatoria
El Primer Concilio de Nicea fue convocado por el emperador romano Constantino I, quien acababa de imponer su dominio sobre la totalidad del Imperio Romano después de vencer a Licinio. Previamente, Constantino ya había dado muestras de sus simpatías por el Cristianismo al dictar el Edicto de Milán del año 313, que daba a los cristianos libertad para reunirse y practicar su culto sin miedo a sufrir persecuciones. No obstante, el emperador era consciente de las numerosas divisiones que existían en el seno del Cristianismo, por lo que, siguiendo la recomendación de un sínodo dirigido por Osio de Córdoba en ese mismo año, decidió convocar un concilio ecuménico de obispos en la ciudad de Nicea, donde se encontraba el palacio imperial de verano. El propósito de este concilio debía ser establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana.1
En aquellos momentos, la cuestión principal que dividía a los cristianos era la denominada controversia arriana, es decir, el debate sobre la naturaleza divina de Jesús. Un sector de los cristianos, liderado por el obispo de Alejandría, Alejandro, y su discípulo y sucesor Atanasio, defendía que Jesús tenía una doble naturaleza, humana y divina, y que por tanto Cristo era verdadero Dios y verdadero Hombre; en cambio, otro sector liderado por el presbítero Arrio y por el obispo Eusebio de Nicomedia, afirmaba que Cristo había sido la primera creación de Dios antes del inicio de los tiempos, pero que, habiendo sido creado, no era Dios mismo.
¿PREDICÓ JESÚS LA DOCTRINA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD? ¿PREDICÓ JESÚS LA DOCTRINA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD? Febrero 15, 2010 – 5:47 pm Por Ingº Mario A Olcese (Apologista) Realmente es sorprendente ver cómo los mal llamados cristianos ortodoxos defienden una doctrina a la cual consideran central y básica para la salvación de los hombres sin que ésta esté claramente revelada en las Escrituras. Me estoy refiriendo a la doctrina de la Santísima Trinidad, un dogma que nació dentro del seno de la iglesia apóstata más grande de todas, la madre de las rameritas, las cuales igualmente siguen y propagan este mismo error de su progenitora. Si la Trinidad es una doctrina central y básica para la salvación, ¿por qué demoró tanto para ser definida y establecida por la iglesia oficial, y sólo después de prolongados y arduos debates que generaron contiendas, persecuciones y hasta la muerte misma de un número importante de sus detractores? ¿Pero puede alguien creer que Jesús haya deseado que los hombres crean en la Trinidad para que sean salvos, siendo ésta un misterio insondable e inefable?¿Pudo una doctrina tan básica y central para la salvación haber generado tantas divisiones, disquisiciones, y odios entre los que buscan a Dios?¿Complicaría Jesús su doctrina básica de salvación a tal punto que aún hoy la Deidad de Jesús sigue estando en el debate en los diversos círculos cristianos? Si Jesús tenía la “fórmula” para nuestra salvación, ¿podría ésta haber sido tan complicada y confusa como lo es la Trinidad? Hoy, los mismos Trinitarios tienen sus propias ideas de lo que sería la Trinidad Cristiana, y muchas de ellas difieren entre sí. Pero Pablo dijo que Dios, el Dios verdadero, “no es un Dios de confusión, sino de paz (1 Corintios 14:33)”, y esto es lo que precisamente no veo en la doctrina de la Trinidad, la cual ha traído confusión y poca paz entre los cristianos. Jesús y Su Dios Jesús vino a dar a conocer al Dios verdadero, y esa tarea se dio a través de sus enseñanzas y obras. El mostró al Dios único y verdadero a través de sí mismo. No que él fuese el Padre, sino que el Padre moraba en él le impelía hacer y enseñar Su santa voluntad a los hombres. El llamó a Su Padre el único Dios verdadero (Jn. 17:3), y si eso lo dijo él, ¿por qué nosotros tendríamos que dudarlo? Pero no faltan aquellos que quieren ir más allá de lo que está escrito y quieren darle un significado más “profundo” a lo dicho por Jesús aquí en Juan 17:3. Nos dicen que Cristo era Dios mismoveces (ver Apocalipsis 3:12),demora nos responden que él hablaba nuevamente como un hombre, y en tal condición humana, el Padre es siempre mayor que él y que cualquier hombre. Sin embargo, cuando usamos un poquito más nuestro cerebrito, nos viene inmediatamente la pregunta: ¿Acaso no se supone que todo hombre es inferior a Dios?¿Qué de nuevo nos estaría diciendo Jesús/hombre con esas declaraciones? Imagínense usted que yo me presentara en la palestra de una campaña evangelística y dijera: “El Padre es mayor que yo”. ¿Qué me dirían mis interlocutores? Pues simplemente dirían: ¡Pues claro, Apologista… si eres un hombre no puedes ser igual o más que Dios!… ¡Estás hablando boberías! Igual sucede cuando los Trinitarios argumentan que en Juan 14:28 “Jesús hablaba como hombre”. Es simplemente ridículo, pues es obvio que todo hombres es menos que Dios! Sinceramente mi cerebro no lo puede aceptar o entender. Y lo que no entiendo no estoy obligado a creerlo como verdad. Jesús y el único Dios verdadero Pero seamos sinceros de una vez por todas. Jesús jamás habló de que era necesario conocer al Dios Trino para ser salvos. Concordamos, eso sí, que Jesús dijo que la vida eterna se produce cuando uno conoce al único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien el Padre Dios envió (Juan 17:3), pero de allí a afirmar que es necesario creer y conocer a un Dios Trino para ser salvo, eso sí es radicalmente diferente y peligroso. Cuando Jesús habló de conocer al único Dios verdadero, él no se incluyó dentro de esa locución “el único Dios verdadero”, y menos, al Espíritu Santo. Jesús hizo un claro deslinde entre el único Dios verdadero que envía, y el enviado, que es él, el Hijo. Si esta simple y clara verdad no es entendida por los Trinitarios, entonces nuestro Señor fracasó en dejar establecida una enseñanza fundamental del verdadero cristianismo monoteísta. Además, ¿Podría haber sido Jesús tan mal maestro en una enseñanza tan fundamental que significaría la vida eterna para los potenciales creyentes? Ahora bien, ¿acaso es igual creer en el único Dios verdadero, que según Jesús mismo es sólo Su Padre, y creer en un único Dios verdadero que es 3 Personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo? He aquí el problema y el peligro de apartarse de las claras palabras de Jesús. Si la creencia en un Dios Trino es fundamental para la salvación, entonces ese fundamento debió quedar plasmado claramente en Juan 17:3, pero no es así. Juan 17:3 es un pasaje simple y sencillo que desmorona la doctrina católica de la trinidad. El pensamiento Paulino de la Deidad Pero Jesús no fue el único que habló con claridad sobre quién es el verdadero y único Dios. También el apóstol Pablo habló claro y sin rodeos de aquel que él creía es el único Dios verdadero. En 1 Corintios 8:4-6 Pablo no dejó ninguna duda de quién era para él el único y verdadero Dios. Estas son sus palabras: “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Aquí Pablo admite que sólo hay un Dios, y ese es el Padre.